jueves, 27 de junio de 2013

Paul Strand

Hijo de inmigrantes de Bohemia, nació en Nueva York el 16 de Octubre de 1890.
Su padre le regaló la primera cámara cuando tenía 12 años.
Dos años más tarde asistiría a la Escuela Superior de Etica, y gracias a Lewis Hine, que en aquel momento estaba realizando fotografías de los inmigrantes que llegaban a Ellis Island, y que lo puso en contacto con el grupo Photosecesion, conoció a Alfred Stieglitz, que fue un gran valedor de su trabajo.
En 1911, después de graduarse abrió su propio estudio.
Ya desde sus inicios lucha contra la tradición de los pictorialistas, de usar la fotografía como el método más rápido de llegar al mismo sitio que la pintura.
Observa lo que pasa a su alrededor.
Se interesa por el cubismo y se impregna de sus fines.
Sus imágenes de gente de la calle son un preludio de lo que la fotografía sería a partir de entonces: escenas improvisadas que son un acercamiento al retrato psicológico.
En 1916 sus fotografías aparecieron en la revista Camara Work y Stieglitz escribió sobre él diciendo que era sin ninguna duda el fotógrafo más importante que había aparecido en ese país desde Alvin Langdon Coburn.
Llegó a decir de él que era la "expresión directa de nuestro tiempo".
En 1917 publicó una serie de imágenes tomadas desde ángulos poco convencionales que ponen de relieve el interés de Strand por le individuo y su relación con la geometría de los edificios de arquitectura moderna.
Gentes vigorosas, pese a su escaso tamaño, al lado de las elevadas construcciones.
En algunas de sus primeras fotografías se atisba un interés por un tipo de encuadres que obligan al observador una actitud activa.
Grandes vacíos que debe de llenar la imaginación.
Su actitud a lo largo de su vida fue la de un gran observador. Ya estuviera en Francia o Ghana su obsesión por la visión siempre estaba presente.
Entre 1917 y 1923 escribió mucho sobre este tema y mostró su admiración por las imágenes puramente inmediatas de Alfred Stieglitz.
Se oponía al presente mecanizado y utilitarista proponiendo una vida más contemplativa en comunión con la naturaleza.
Por otro lado mostraba un gran respeto por las cosas tal como eran: "Observa que cada objeto, cada hoja de hierba, se tiene en cuenta y se usa, que todas las cosas se aceptan plenamente unas a otras".
Gran ejemplo de esta actitud es su fotografía The White Fence.
Una escena aparentemente sencilla, pero donde los tablones del primer termino de una valla, aparentemente iguales, están desgastados de forma diferente.
En 1925 realiza la película Manhattan, con Charles Sheeler, presentada en el Capithol Theatre de Nueva York bajo el titulo New York de Magnificent, y posteriormente en The Wave (1933).
En 1933 comenzó a ejercer como director del departamento de fotografía de la Secretaría de Educación de México y bajo su influencia se fundo el grupo f/64 de fotógrafos estadounidenses de la costa oeste tales como Imogen Cunningham, Edward Wenston.
En la época de la gran depresión Strand participó activamente en política y en 1935 viajó a la Unión Soviética donde conoció al director de cine Eisenstein.
De vuelta a EEUU comenzó a producir documentales sociales y junto a Berennice Abbot formó la Photo League en Nueva York con el propósito de crear una prensa radical con fotografías de las actividades de los sindicatos de trabajadores y de las protestas políticas.
En 1945 el MOMA de Nueva York presentó una exposición monográfica de Paul Strand.
En los años 50 y 60 viajó por Francia, Italia, Egipto y Ghana, entre otros pises, produciendo una serie de libros de fotografía.
En las dos últimas décadas de su vida recibió numerosos premios y honores y su obra se exhibió por multitud de sitios.
Murió en Orgeval, Francia, el año 1976.
Fotógrafo limpio y directo.
Sin mentiras.
Sencillo y con gran sentido del espacio y del ritmo, se apoya en un equilibrio entre formas y volúmenes donde el ser humano se hace su hueco con fuerza.

En sus retratos llenos de pureza, con un estilo documental casi sociológico, los personajes son retratados, sin tener en cuenta su condición, con un gran respeto al individuo y evitando aspectos sórdidos.
Los dignifica y ennoblece con sensibilidad y afecto sin caer en la sensiblería.
Son retratos donde se respira cierta tranquilidad y sosiego.
No agobia.
Es una lucha sin enemigos.
Estos individuos serenos, no rehuyen la mirada al frente.
Son ellos mismos.
Hablan de sí y de su mundo.

Un fragmente de la Carta  que escribio Paul Strad a los estudiantes de fotografía


"...Ved libros de autor, exposiciones, por lo menos conoceréis lo que han hecho los fotógrafos. Y observad también críticamente lo que se este haciendo en general y lo que cada uno de vosotros realiza ahora. Algunos han dicho que Stieglitz tenía fuerza porque hipnotizaba a sus modelos. Id y mirad lo que ha hecho con sus nubes; descubrid si sus poderes hipnóticos se extendían también sobre los elementos. Observad todas estas cosas. Ved qué significan para vosotros; asimilad lo que podáis y olvidaros del resto. Sobre todo mirad las cosas que os rodean, vuestro mundo inmediato. Si estáis vivos significará algo para vosotros, y si os interesáis lo suficiente por la fotografía y sabéis como usarla querréis fotografiar ese significado.



Si permitís que la visión de otra gente se interponga entre el mundo y vuestra propia visión conseguiréis algo ordinario y sin sentido: fotografía pictorialista. Pero si conserváis esta visión clara, conseguiréis algo que por lo menos será una fotografía con vida propia, al igual que un árbol o una caja de cerillas, siempre que creáis que estas cosas tienen vida propia. Para conseguir esto no existen atajos, ni fórmulas, ni reglas; únicamente en todo caso las que rigen la vida de cada uno. Sin embargo, es necesaria la autocrítica más rigurosa y el trabajo constante. Pero primero aprended a fotografiar. Para mí esto constituye ya un problema sin fin..."

La fotografía Directa

La Fotografía directa fue un movimiento en el que se buscaba reivindicar la fotografía como medio artístico, sin preparar o intervenir el tema a representar en las imágenes. Así como los escultores comenzaron a respetar la estructura del mármol, en vez de intentar simular la suavidad de la piel, los fotógrafos comenzaron a hacer fotografías que no simularan a otros medios, como en la fotografía pictorialista. El objetivo era obtener resultados a través de medios estrictamente fotográficos. Por fin la fotografía era aceptada como medio artístico legítimo.

Los fotógrafos que siguieron esta nueva tendencia, capturaban imágenes en exteriores con breves tiempos de exposición. Además permitían que sus modelos posasen por sí mismos, a diferencia de las forzadas posturas de la fotografía pictorialista.

La fotografía comenzó a ser considerada como un medio artístico en sí misma y no como una forma de imitar la pintura artística (pictorialismo). No sólo la forma de fotografiar era lo que cambiaba, sino también el tema fotografiado, se buscaba la espontaneidad, lo natural, sin poses ni manipulaciones.

Elegi la fotografía directa, porque al ser tan real, capta momentos únicos, que ni siquiera con una buena post-producción digital o análoga, pueden igualar, captar una expresión en un momento en el cual se note toda la sensibilidad del sujeto fotografiado, la realidad de una sociedad en la que estamos inmersos, una mirada profunda, son cosas que no se pueden transmitir de forma alguna, cosas que, creo, un fotógrafo lleva intrínsecamente.
Me refiero exactamente a mi gusto personal por la fotografía directa, sin manipular, la cual destaca que en lo simple y no manipulado esta lo más hermoso de la vida. 
Tal ves algunos busquemos motivos ''rebuscados'' para fotografiar o interpretar o en cualquier circunstancia de nuestro diario vivir. 
Uno de los grandes rasgos de la fotografía directa es que en la cotidianidad esta la belleza y lo auténtico, sin desvirtuar la imagen, mostrándola tal cual como es, sin tratar de engañar a nadie.
La fotografía directa nos muestra tal cual es la realidad, sin manipulación alguna.










"Confiar en nuestra cámara, en nuestro ojo, en nuestro buen gusto, en nuestro conocimiento de la composición; considerad toda fluctuación de color, de luz y de sombra; estudiar líneas, valores y división del espacio; esperar pacientemente hasta que la escena o el objeto de nuestra visión se revele en su momento supremo de belleza; en otras palabras, componer tan bien la imagen que quieres hacer, que el negativo sea absolutamente perfecto y que necesite poca o ninguna manipulación"